Sinopsis

Pocos personajes del cine moderno tienen tanta fuerza como el Atticus Finch de esta película, el abogado que defiende a un negro acusado de violación y que compendia en su personalidad todos los valores progresistas como la tolerancia y la honestidad.

“Matar a un ruiseñor” está basada en la novela del mismo nombre escrita por Harper Lee y que fue galardonada en 1960 con un premio Pulitzer.

La acción transcurre en un pequeño pueblo de la racialmente segregada y dividida Alabama, donde el abogado Atticus Finch vive en compañía de sus dos hijos, Scout y Jem. Precisamente, la película está narrada desde el punto de vista de la primera, una inquieta niña que despierta a la realidad asistiendo quizá por primera vez a lo que en realidad se experimenta cuando se es visitado por la injusticia y la arbitrariedad.

A pesar de que a estas alturas ya no resultaría imaginable el personaje de Atticus Finch representado por cualquier otro actor, la productora había decidido que fuera Rock Hudson quien se hiciera cargo del personaje, lo que por suerte no ocurrió. El trabajo de Peck fue recompensado con un Oscar a la Mejor Interpretación masculina.

Hay que destacar también que esta fue la primera aparición cinematográfica de Robert Duvall y que la genial Mary Badham, que interpreta el personaje de la pequeña Scout, no es otra que la hermana del director de cine John Badham. Alejada de las pantallas continúa dando conferencias esporádicamente sobre sus experiencias durante el rodaje de “Matar a un ruiseñor” y muy especialmente sobre su relación con Gregory Peck, con quien mantuvo una estrecha amistad hasta su fallecimiento en 2003.

Por lo demás, “Matar a un ruiseñor” es una de las mejores películas de la muy estimulante carrera de Robert Mulligan, un neoyorquino de la llamada “Generación de la Televisión” en cuya filmografía aparecen joyas como “Verano del 42”, “El otro” y “The Man in the Moon”. De la misma manera que “Matar a un ruiseñor” es una novela de lectura obligatoria en muchos países, por su humanidad y valores morales, bien merecería la película un estatus similar.

En tiempos de rebrote del racismo, una película como “Matar a un ruiseñor” resulta más eficaz para combatir este y otro tipo de sinrazones.